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Nicolás confiesa que el Squash era algo más bien recreativo en un inicio. Pero algo en el golpe de esa pelota, en su rebote particular contra las paredes, lo fue atrapando con el paso del tiempo. En la medida que su talento crecía, lo mismo sucedía con su disciplina y dedicación. Tanto es así, que ha representado a Colombia un Sudamericano Junior en Lima, Perú, competencia en la que fue reconocido entre los mejores 16 jugadores del continente. Lo que más le gusta del Squash es que exige un balance agudo entre la capacidad física, el desarrollo técnico y la concentración mental. Para él es muy gratificante ver los avances que hace día a día en su deporte. Un crecimiento de talento vertiginoso que es producto de su trabajo duro y consistencia. Y reconoce, con humildad, que todo lo alcanzado en corto tiempo ha sido posible por el apoyo de sus padres y su entrenador.

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